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¿Por qué hay que usar una mascarilla?

24.07.20    Sin categorizar
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Escrito por Nelly, Directora de Boutique IOMA Paris

La mascarilla facial supone un momento importante de relax para ti y para tu piel, ya sea seca, mate, grasa, sin firmeza… Selecciona la textura y el modo de aplicación adecuado a tus necesidades y hábitos.
Piel menos seca, epidermis fresca, piel reactivada… La mascarilla facial permitirá a tu piel recuperar todos los elementos y principios activos que necesita.

¿Con qué frecuencia hay que usar una mascarilla facial?

¡Escucha a tu piel!
Para las pieles secas: nada mejor que un baño de hidratación una o dos veces por semana.
Para las pieles mates: determinadas mascarillas llamadas “de noche” se aplican dos o tres veces por semana, dejándolas actuar toda la noche. Obtendrás un resultado maravilloso y un cutis fresco garantizado al despertar.
Para las pieles grasas o con falta de firmeza: el mismo principio, una o dos veces por semana es el ritual ideal, las mascarillas son tus aliados, no lo olvides.

¿Cómo escoger bien tu mascarilla en función del tipo de piel?

Una piel sin hidratación:
Todas las pieles necesitan ser hidratadas. Una piel seca es incómoda y a menudo pierde brillo y belleza. Una piel seca carece de agua y lípidos. La mascarilla hidratante recargará tu piel de agua, y también en el contorno del ojo y en los párpados (para estas zonas se puede aplicar una mascarilla específica).

Una piel grasa:
Producirá una cantidad excesiva de grasa por las glándulas sebáceas y/o una deshidratación. Si la piel no tiene agua, automáticamente fabricará grasa para protegerse. Una sobreproducción de grasa obstruirá los poros y provocará imperfecciones, manchas y puntos negros. Una mascarilla para este problema permite eliminar las impurezas, purificar la piel sin por ello secar la epidermis.

Rojeces:
Irritaciones, sequedad, rojeces, la piel es sensible a las agresiones diarias. La mascarilla antirrojeces protege el sistema vascular y limita los factores agravantes. Proporciona, desde el momento de la aplicación, un confort inmediato, deja la piel suave, perfectamente hidratada y calmada.

Una piel mate:
La piel puede perder brillo debido a la falta de sueño, el envejecimiento, el estrés, una dieta poco equilibrada o una mala eliminación de toxinas. Como habrás comprendido, ¡los factores de tener mala cara son múltiples!

Falta de firmeza:
La piel flácida no se debe solo al sol o a los efectos del tiempo, otros factores también pueden ser responsables de este fenómeno (contaminación, tabaco, alcohol, embarazo, genética, mala alimentación…). La mascarilla de firmeza permite prevenir, ralentizar y combatir el envejecimiento prematuro de la piel.

Las mascarillas nocturnas: ¿cuáles son sus beneficios?

¿Lo sabías? Tu piel es mucho más receptiva a los tratamientos que le aplicas entre las 23:00 y las 3:00 h de la mañana. Además de ser fácil de añadir a tu rutina de belleza, la mascarilla nocturna permitirá a tu piel absorber a fondo todos los activos que posee. La mascarilla de noche Vitality Slepping Mask de IOMA permite reactivar tu piel para que al despertar recupere su brillo y esté lista y recargada para afrontar bien el día.

La rutina ideal

No es fácil combinar trabajo y cuidados. A menudo, se espera el fin de semana con impaciencia para relajarse. Esta es una rutina completa para cuidarse a una misma y recuperar una piel exquisita, purificada y revitalizada.

Con la piel bien desmaquillada y/o limpia en profundidad, realiza una exfoliación. Exfoliar la piel tiene como objetivo estimular la circulación sanguínea y al mismo tiempo eliminar las células muertas que matifican tu piel. Además de suavizar la piel y eliminar escamas, el exfoliante permite aumentar la eficacia de las mascarillas.

Nuestro pequeño truco: aplica una espuma o un tónico, lo que te permitirá desmaquillarte a la perfección.

Realiza pequeños masajes en el rostro antes de aplicar la mascarilla. En efecto, esta práctica es ideal para eliminar la fatiga de tu rostro. Para un buen efecto, se realizan pequeños círculos desde el interior hacia el exterior de la cara.

A continuación, elige tu mascarilla, toma un poco de producto y aplícalo a toda la cara, con el dedo o un pincel, evitando el contorno de los ojos. Empieza por la línea media (frente, nariz, mentón) y estira la mascarilla hacia los lados cuidando de no olvidar el cuello. Añade si lo deseas una mascarilla para el contorno de los ojos. Algunas mascarillas pueden aplicarse en la cara y los ojos, consulta el prospecto para más información.
Deja actuar de 5 a 15 minutos. Dependiendo de la mascarilla elegida, los tiempos de colocación pueden variar, y algunas no necesitan ser enjuagadas.
Una vez purificada tu piel, realiza tu ritual de crema y serum diario.

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