¿Cómo se reconocen los primeros signos de la edad?
Los primeros signos de envejecimiento de la piel pueden aparecer a mediados de los veinte. A partir de 30, 40, y 50 años, se habla de envejecimiento comportamental de la piel y por el medio ambiente. Un estilo de vida saludable y una rutina de cuidado facial pueden tener un impacto real en la aparición de las arrugas, en la firmeza de la piel y en su aspecto general.
30 años: las arrugas comienzan a ser cada vez más frecuentes. Por lo general, se trata de las famosas arrugas del entrecejo o arrugas en la frente.
40 años: las arrugas son más profundas y aparecen en otras zonas como los surcos de nasogenianos o incluso las patas de gallo, en la esquina de los ojos.
50 años o más: la piel es madura. En general, después de los 50, las arrugas están bien marcadas. Hablamos ya de arrugas profundas.
El envejecimiento de la piel no es igual para todo el mundo, hay varios factores que influyen en su aparición más o menos temprana: mucho sol, estrés, contaminación, falta de sueño, demasiado maquillaje, no desmaquillarse, abusar del cigarrillo y del alcohol, no utilizar cremas ni sérums adecuados, etc.
¿Cuáles son los factores que agravan los primeros signos de la edad?
La piel, cuando está sobreexpuesta a la contaminación y/o al humo del tabaco, está apagada, más gruesa, más marcada y con manchas pigmentarias. Se puede distinguir fácilmente una piel mal cuidada por su textura: poros que se abren y un equilibrio debilitado entre las zonas grasas y secas.
Hay pequeños gestos diarios que también pueden acentuar los primeros signos de la edad, como una mala alimentación, el consumo de alcohol, productos cosméticos inadecuados o demasiado agresivos. El azúcar es, en especial, el gran enemigo de la juventud de la piel. El exceso de azúcar se une a las proteínas de la piel, lo que reduce su capacidad para funcionar. Cuando estas proteínas, esenciales para la piel, resultan dañadas, la piel está más seca y menos flexible, lo que provoca más arrugas y una piel apagada.
Por último, una piel «sobrecargada» se reconoce a menudo por la expresividad, los rasgos cansados, arrugados, un rostro triste y ojeras. Las causas principales son el estrés, la falta de sueño, la ansiedad, etc.
¿Cuáles son los buenos hábitos que debemos adoptar?
Para preservar tu juventud, además de una buena alimentación, actividad física regular y un sueño de calidad, existen muchos productos cosméticos que te ayudarán a conservar la belleza de tu piel y prevenir la aparición de los primeros signos de la edad. Sérums y cremas que se aplican por la mañana y por la noche todos los días sin excepción tras un minucioso desmaquillado/limpieza.
Las patas de gallo y las arrugas de expresión alrededor de la boca ya no serán un signo de envejecimiento, sino símbolos de una vida feliz. Los tiempos cambian y las mentalidades también. En cambio, las arrugas del entrecejo, de las comisuras de los labios y las manchas que causan un cutis apagado son las nuevas zonas a tratar en los tratamientos.
La rutina ideal:
Por la mañana, empieza sistemáticamente limpiando la piel con un agua limpiadora o un tónico facial.
A continuación, aplica una crema de día con un pequeño masaje sobre un sérum hidratante o multidimensional a medida como Mon Sérum de IOMA. Ponte un poco de producto en las manos y aplícalo extendiéndolo desde el mentón hacia las sienes. En la frente, aplica la crema con pequeños golpecitos a lo largo de la arruga.
Utiliza a diario un tratamiento para el contorno de los ojos extendiéndolo sobre el párpado con la punta de los dedos desde el interior hacia el exterior. Realiza un pequeño masaje debajo de los ojos de la misma forma, no demasiado cerca de los ojos.
Por la noche, utiliza un desmaquillante adaptado a tu piel y termina siempre la limpieza con un tónico hidratante. Aplica tu sérum antes de la crema de noche.
